Minimizar el riesgo de ulceración
Los podólogos podemos minimizar el riesgo de ulceración analizando las zonas donde se produce más presión, pero es primordial optimizar la vascularización del pie para evitar un aumento del deterioro que causaría ulceraciones en puntos de leve hiperpresión.
Una vez aparezca la úlcera podemos descargar la zona para intentar de esta manera facilitar la curación. Pero el pronóstico de curación siempre será peor cuanto peor sea el estado vascular.
También son considerados pacientes de riesgo las personas con algún déficit sensitivo - zonas del pie que no perciben la presión al tacto o al calor- o con una gran deformidad en el pie. Sin embargo este tipo de pacientes siempre tendrán un mejor pronóstico que personas con algún tipo de compromiso vascular.